Una de las mayores satisfacciones que presenta para mí, el mundo de las miniaturas, es poder utilizar ciertos objetos cotidianos para hacer verdaderas genialidades a escala 1:12. En mi caso, he cambiado mi modo de ver cualquier cosa cuyo destino iba a ser la papelera. Ahora paso un "filtro", y lo que me convence, lo rescato para mi casita.
Un primer ejemplo, es este: envases de plástico de alimentos pequeños. En el caso de la derecha: de huevos de codorniz. En la izquierda, de condimentos congelados.
Pero vale cualquier cosa: botones, muestras de colonias, plásticos o cartones curiosos (con texturas o dibujos), telas, .... existen infinitos recursos que se convierten en maravillas 1:12.
viernes, 25 de enero de 2008
El Reciclaje (I)
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